Para la seño Eugenia Quinteiro el martes 31 de octubre de 2023 no será un día más. Es el último en su tarea docente en el Jardín Semillitas, donde comenzó a desempeñarse en 1990. No significa que sea un día triste, pero sí de emociones, agradecimientos y sonrisas que reflejan la alegría que nace en el alma.
Cuando ingresó en Semillitas, el jardín tenía solo tres años. “Era el año 1990. Recibió la subvención del Estado, faltaba el cargo de preceptora y Miriam Wagner, por entonces la directora, me llamó”, relató. En la primera etapa, la directora había sido Luisa Zandstra.
Si bien se inició como preceptora, Eugenia era recién recibida -estudió en el Instituto 33- y quería trabajar con los alumnos. “Luego de dos años, me dieron una salita”, indicó.
Por entonces, el nivel Inicial funcionaba únicamente en turno mañana, con salitas de 3, 4 y 5 años. No contaba con Maternal. Explicó que “estuve en todas las salitas, menos en Maternal que hice suplencias a la tarde. Posteriormente, cuando se inició el turno tarde pasé a ser preceptora”.
A partir del año pasado, hubo muchos casos de ex alumnos suyos que regresaron al Jardín para dejar a su hijo: “Son de la comunidad, están en Tres Arroyos y eligen el mismo jardín al que ellos vinieron”.
En la descripción de las distintas experiencias en el jardín se le iluminan los ojos, se muestra emocionada. En este sentido, comentó que “todos dicen que va a estar bien lo que viene, el tiempo nuevo como jubilada, así que confiemos”.
Una elección
Con la mirada en todo el camino recorrido, dijo que “agradezco obviamente al Colegio, lo re quiero. Han pasado un montón de comisiones y de gente, el primer presidente Herman (van Strien) que ya no está con nosotros. A todos un agradecimiento muy grande. Hemos tenido nuestras diferencias, pero siempre el amor y el entendimiento es más grande. Lo elegí y también como Colegio de mi hijo”.
Su primer hijo no podía asistir por una discapacidad. “En ese momento no había integraciones, por las escaleras tampoco era posible acceder. Pero mi segundo hijo hizo todos los niveles acá y egresó, de Maternal a Secundario, siento un orgullo total”. Y reitera: “lo volvería a elegir. Es mi colegio”.
También se mostró muy a gusto y convencida acerca de la educación cristiana que caracteriza a la institución.
Finalmente, brindó un agradecimiento “a la comisión, a los directivos que han pasado, fundamentalmente a mis compañeras a lo largo de toda esta carrera y a los nenes”.
Sus palabras finales, dejan en claro lo que significa el jardín. “He vivido momentos difíciles como perder un hijo, a los cinco días estaba trabajando porque el amor de ellos siempre me sostuvo, hasta hoy”, concluyó.
