Por Humberto Picone (*)
Cuando Alex Vis me planteó la posibilidad de elaborar una reflexión sobre esta fecha patria, para la comunidad del Colegio Holandés, confieso que mi mente voló a mis años de escuela primaria. Empezaron a desfilar los recuerdos de maestros, compañeros, situaciones, juegos. Las historias vividas en esa manzana de Olavarría, Pellegrini, Alvear e Istilart me resultaba mucho más atractiva que la “Revolución de Mayo”. Me costó concentrarme en la propuesta inicial. Y pensé: “Mayo”, por qué me inquietaba tanto “Mayo”, ¿había alguna conexión con la historia del Colegio Holandés?
Recurrí a “Cual ovejas sin pastor” (el libro de memorias escrito por mi bisabuelo Diego Zijlstra) y allï estaba: en Mayo de 1889 zarpó de Amsterdam el barco a vapor que trajo una de las primeras camadas de inmigrantes holandeses a la Argentina. ¿Y ahora? Mayo de 1810, Mayo de 1889, Mayo de 2021…
Mayo de 1810: sin dudas las bases de nuestra actual república, ya en aquel momento una sociedad que miraba a Europa (a España en algunos aspectos, a Francia y a Gran Bretaña en otros). En esa época vivían en Buenos Aires unos 45.000 habitantes (muchos menos que en el Tres Arroyos actual). De ese total, unos 4000 eran “vecinos” (españoles o hijos de españoles, con familia constituida, oficio u ocupación conocida y posición económica respetable). En el Cabildo Abierto del 22/05/1810, unos 225 vecinos (militares, abogados, sacerdotes, comerciantes) debatieron el destino del país y decidieron formar un gobierno propio, sin intervención de España. Esos hombres eran en su mayoría creyentes en los ideales de la Revolución Francesa (“Libertad, Fraternidad, Igualdad”). Pero en economía adherían al libre comercio que proponía Inglaterra para América Latina. Además, inauguraban una tendencia que se mantendría hasta hoy: el dominio de la ciudad-puerto sobre el resto del país. Pero ese dominio no se lograría pacíficamente sino por la fuerza, una década de guerra por la independencia contra España y décadas de guerras civiles (unitarios vs federales). Prácticamente hasta 1880 hubo enfrentamientos por cuestiónes políticas y económicas en nuestro país. Durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda se comienza consolidar el llamado modelo agro-exportador que implicaba dedicar grandes extensiones de tierra para la agricultura y la ganadería, atraer al inmigrante europeo para las tareas rurales, crear un sistema educativo para todo el país y desarrollar el ferrocarril para unir enormes extensiones.
Mayo de 1889: los antepasados holandeses (como tantos inmigrantes italianos, españoles, vascos, dinamarqueses, rusos, alemanes) que vinieron en aquellos años lo hicieron en busca de condiciones de vida más favorables (no lo estaban pasando bien en su tierra). Llegaron a un país que estaba muy interesado en su asentamiento y sobre todo en su capacidad de trabajo para la agricultura. La “colonia” holandesa, un tanto desperdigada al principio, con mucho sacrificio se asentó en lugares como Micaela Cascallares, Tres Arroyos y San Cayetano. Décadas de trabajo duro se plasmaron en la creación de instituciones como el Colegio Holandés, la Cooperativa Alfa y el Hogar El Atardecer (este último junto con la comunidad danesa). Los líderes de la época agro-exportadora tenían los objetivos muy claros para nuestro país (podemos estar de acuerdo o no con ellos). Venían de superar años de desencuentros y conflictos producidos a partir de la Revolución Mayo de 1810, y llevaron a Argentina a estar entre las economías más exitosas del mundo (no entre las sociedades más igualitarias por cierto).
Mayo de 2021:La Patria actual también tiene sus conflictos: dos modelos de país se presentan como alternativas más allá de los apellidos ilustres que van por delante. Aquel que plantea el predominio del Estado en las distintas facetas de la actividad social, con las banderas de la solidaridad y la igualdad en lo alto. Este que defiende la actividad privada, las libertades individuales, la responsabilidad personal y el esfuerzo en el trabajo como motores del progreso.
A modo de síntesis:
– Ningún grupo minoritario (por más ilustrado que sea) puede arrogarse la representación de todo el país (como hizo la elite ilustrada criolla en 1810), y tampoco imponer las ideas por medio de la violencia (para todos los grupos que prediquen la violencia del extremo ideológico que fuere).
– Nuestros antepasados holandeses fueron cultores del esfuerzo y la responsabilidad individual (tradición calvinista) en el marco de una comunidad cristiana. Supieron adaptarse a una sociedad de costumbres e idioma diferentes, manteniendo sus ideales y haciéndose respetar en su condición de minoría.
– Hoy más que nunca hay que defender el marco republicano de la democracia en el cual las mayorías gobiernan pero las minorías deben ser escuchadas y respetadas. Muchos años de enfrentamientos le llevó a este joven país lograr una Constitución (1810-1853); muchos años vivimos bajo regímenes autoritarios (productos de golpes de Estado) y no hace tanto tiempo que vivimos en democracia (aunque 1983 parezca lejano, no llegamos todavía a cumplir los 40). En ese contexto, los argentinos debemos valorar la posibilidad de votar… único instrumento concreto en este momento para cambiar o mantener el rumbo según sea nuestra preferencia. ¡Gracias por este espacio!
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(*) Trayectoria educativa y laboral
Educación Primaria: Colegio Holandés de Tres Arroyos, 1976 a 1982.
Educación Secundaria: Colegio Nacional de Tres Arroyos (luego denominada Escuela Media nro 202) entre 1983 y 1988.
Educación Universitaria: Universidad de Belgrano, CABA, Profesorado de Historia entre 1989 y 1993.
Actualmente: cursando carrera de Abogacía con título intermedio de Procurador otorgado (Universidad Empresarial Siglo XXI).
Con respecto a mi trabajo en el Colegio Holandés, me inicié en marzo del 96 dando clases en 7mo grado (Ciencias Sociales) ya que la reforma educativa implementada en esos años permitió el trabajo de docentes secundarios en el último ciclo de la enseñanza primaria.
En esos meses la Comisión Directiva me encomendó la redacción de una síntesis de la historia del colegio, para lo cual tuve el honor de acceder a los libros de acta de las reuniones de comisión desde sus inicios. Esa pequeña investigación se plasmó en el Album del Cincuentenario del Colegio, que salió editado además con poemas, testimonios y aportes de otras personas de la comunidad.
En Diciembre de 1997, la Comisión Directiva me ofreció el cargo de Director para el Nivel Polimodal (Secundario) a crearse en el Colegio. Participé, junto con gente de la comisión y la docente Nora Carranza de numerosas reuniones para la elaboración del Proyecto que debían aprobar las autoridades educativas de la provincia. Finalmente, en julio del año 1998 tuve el privilegio de viajar a Necochea y entregar en mano a la entonces Inspectora Jefe de Educación (DIpregep) Rosario Godia el Proyecto de Polimodal para el Colegio Holandés, que finalmente fue aprobado.
En lo personal, debo decir que decidí resignar el cargo de director por dos razones fundamentales: en primer término porque surgió la posibilidad firme y concreta de trabajar en el Poder Judicial (tarea que actualmente desempeño); en segundo lugar, en esos meses de desempeñarme en tareas de planificación caí en la cuenta de que me sentía mucho más cómodo en el aula, en mi tarea docente y así se lo manifesté a la CD.
Finalmente, ejercí la docencia hasta junio de 2006 en que me trasladé a Tandil por motivos familiares.